Adiós a mi ÁRBOL :(
Hace unos años el árbol que se encontraba en el jardín de mi vecino de abajo empezó a secarse, fue triste porque ya no florecería en la primavera, y la verdad significaba algo más para mí, era como un amigo. Sí es cierto que no era mi jardín pero era de los pocos árboles que se plantaron cuando se creó la unidad y además me traía muchos recuerdos, principalmente de mi niñez.
Si intento rememorar mis primeros años, no puedo recordar una sola vez en que no volteara a la ventana y ahí estaban sus ramas, llenas de follaje en primavera o solitarias en invierno, o cuando nos encontrábamos en fines de semana y vacaciones mis hermanos y yo acostumbrábamos a levantarnos temprano, mientras mis papás dormían aún, para ver caricaturas en la sala (porque en esa época no nos dejaban tener tele en el cuarto) y los rayos del sol cruzaban los espacios que había entre las hojas hasta llegar a la mesa de cristal y formar muchos arcoiris en el suelo. También había ocasiones en que mis hermanos y yo juntábamos nuestros muñecos, los soldados, los GI-Joes, los thundercats, las barbies, los bebés, cualquiera que encontráramos que no tuvieran un tamaño estratósferico y los acomodábamos por todo el suelo de la sala para tirarlos con canicas y dependiendo de su tamaño eran los puntos que ganábamos (mi hermano nos ganaba casi siempre :P), pues bien la ventana nos quedaba enfrente y ahí estaba él como si nos viera jugar y moviendo sus ramitas. También fue mi apoyo y el de muchos de mis amigos en el andador, porque cuando comenzamos a andar en bicicleta pues nos apoyabamos en el para montarnos y darnos impulso, o nos servía para agarrarnos a el y saltarnos la reja de mi vecino Netus (q.e.p.d.) y recojer las pelotas o cosas que se nos volaban a su jardín (que bueno que nunca se molestó). También resultó ser la base para las muchas ocasiones que jugabamos escondidillas y las traes. Otra que me encantaba era cuando estábamos en la sala y de pronto se aparecía un colibrí como asomándose por chismoso en la ventana, era nuestro vecino porque tenía su nido justo enfrente de las ramas que daban a nuestra ventana.
Ahora ya más vieja me justaba observarlo en los días de lluvia, era como si se le inyectara de vida, y su tronco se llenaba de un moho verde claro que lo hacía ver fabuloso, me encantaba como se veía.
Incluso cuando salíamos varios días yo me sentía en casa con solo entrar al andador y verlo ahí, grande y feliz.
Pero el tiempo pasa y el llegó a su término, se secó :( y aún así podías observar vida en él.
Ahora que Netus falleció y vendieron su casa, la vecina nueva llega con sus gustos raros, y decide cortalo. Fue muy feo llegar en la noche a mi casa y verlo ahí despedazado.
Esto fue lo que quedó de él.
Si intento rememorar mis primeros años, no puedo recordar una sola vez en que no volteara a la ventana y ahí estaban sus ramas, llenas de follaje en primavera o solitarias en invierno, o cuando nos encontrábamos en fines de semana y vacaciones mis hermanos y yo acostumbrábamos a levantarnos temprano, mientras mis papás dormían aún, para ver caricaturas en la sala (porque en esa época no nos dejaban tener tele en el cuarto) y los rayos del sol cruzaban los espacios que había entre las hojas hasta llegar a la mesa de cristal y formar muchos arcoiris en el suelo. También había ocasiones en que mis hermanos y yo juntábamos nuestros muñecos, los soldados, los GI-Joes, los thundercats, las barbies, los bebés, cualquiera que encontráramos que no tuvieran un tamaño estratósferico y los acomodábamos por todo el suelo de la sala para tirarlos con canicas y dependiendo de su tamaño eran los puntos que ganábamos (mi hermano nos ganaba casi siempre :P), pues bien la ventana nos quedaba enfrente y ahí estaba él como si nos viera jugar y moviendo sus ramitas. También fue mi apoyo y el de muchos de mis amigos en el andador, porque cuando comenzamos a andar en bicicleta pues nos apoyabamos en el para montarnos y darnos impulso, o nos servía para agarrarnos a el y saltarnos la reja de mi vecino Netus (q.e.p.d.) y recojer las pelotas o cosas que se nos volaban a su jardín (que bueno que nunca se molestó). También resultó ser la base para las muchas ocasiones que jugabamos escondidillas y las traes. Otra que me encantaba era cuando estábamos en la sala y de pronto se aparecía un colibrí como asomándose por chismoso en la ventana, era nuestro vecino porque tenía su nido justo enfrente de las ramas que daban a nuestra ventana.
Ahora ya más vieja me justaba observarlo en los días de lluvia, era como si se le inyectara de vida, y su tronco se llenaba de un moho verde claro que lo hacía ver fabuloso, me encantaba como se veía.
Incluso cuando salíamos varios días yo me sentía en casa con solo entrar al andador y verlo ahí, grande y feliz.
Pero el tiempo pasa y el llegó a su término, se secó :( y aún así podías observar vida en él.
Ahora que Netus falleció y vendieron su casa, la vecina nueva llega con sus gustos raros, y decide cortalo. Fue muy feo llegar en la noche a mi casa y verlo ahí despedazado.
Esto fue lo que quedó de él.



No se a ustedes, pero a mí no me gustan estas imágenes, realmente me pone a pensar en el tiempo que toma un árbol para crecer y con solo unas cuantas personas y herramientas termina así. Además hasta el momento no he visto que ésta señora siembre los 6 árboles que le pidió la delegación para tener el permiso de talar al mío :(.
Me dirán cursi pero en verdad es triste :(.
Me dirán cursi pero en verdad es triste :(.
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