Me encanta la Ciudad
sep
10
Se que muchos consideran que la ciudad es un asco, que cada día hay más tráfico y gente, que no puedes caminar tranquilamente por ningún lado, que cada día hay más delincuencia, que la contaminación nos esta ahogando, que las marchas son un desperdicio de tiempo, que los ambulantes invaden nuestras calles, etc., etc.
Y la verdad, desde mi punto de vista, los culpables somos nosotros, porque al tirar una basura por chiquita que esta sea estamos contaminando, solo imaginen cuantos piensan en eso - es solo una basurita, no pasa nada - pues somos muchos en esta ciudad y de uno en uno creanme que se hace un basurero.
No podemos caminar tranquilamente porque no respetamos las calles, caminamos por el lado que se nos ocurra sin importar si dejamos pasar o no, o nos ponemos a platicar a la mitad de la calle cuando por ahí pasan otras personas. Y los ambulantes elijen ponerse en pleno paso porque nosotros les compramos.
Hay cada día más tráfico porque con tantas facilidades compramos carros como si fueran dulces, y llegan a haber cuatro o más por familia, deberíamos aprender a utilizar el transporte público y por ende pedir que se mejore el servicio, o compartir el carro con amigos para ir al trabajo o a la escuela, utilizar más la bicicleta o caminar para ir a la tienda o al super si no vamos a hacer un gran mandado, pero las señoras prefieren llevar su camioneta al mercado, a la tienda, al tianguis que se encuentra a dos cuadras de su casa, eso me parece un insulto. Por eso se genera más contaminación, no tenemos control sobre nuestros medios de transporte.
La delincuencia aumenta porque el gobierno prefiere tener al pueblo muerto de hambre e ignorante que educarlo y darle trabajo, por eso muchas personas deciden seguir otro camino para tener que comer, pero nosotros no hacemos nada mas que mirar.

Pero bueno en verdad me desvié mucho de mi tema, y a lo que quería llegar era que a pesar de tantos problemas que pueden presentarse en la ciudad, no deja de gustarme, me encantan las calles viejas y los edificios históricos, pensar que cada lugar tiene miles de historias que contar, y están ahí para nosotros como diciendo - Mirenos los vemos pasar día con día , somos testigos de su historia - .
Cuando era pequeña me encantaba imaginar como sería la ciudad en la época colonial o a principio del siglo pasado, lo pequeña que sería y los grandes cambios que a sufrido, todavía recuerdo como mi papá me contaba de las grandes extensiones que había sin construcciones cuando llegó a la ciudad hace poco más de 50 años o la enorme cantidad de maizales que se veían.
Sin irme más lejos la zona de Galerías Coapa y Pericoapa eran terrenos enormes y vacíos, lo recuerdo perfectamente.
Y a pesar de ser algo huraña y de no gustarme la bola de gente, cuando voy a un pueblo es agradable estar unos días para descansar y desestresarte , olvidar los problemas y tranquilizarte, pero llega un momento en que se extraña esa multitud, el movimiento, la prisa, el ruido, la escencia de una Ciudad.
Todo esto salio porque hace rato leyendo el periódico me encontré con un poema que creo describe muy bien una ciudad llena de gente y de culturas pero con un mismo origen, así que quise compartirlo con ustedes.
Espero les haya gustado, y ya saben para lograr un cambio debemos poner nuestro granito de arena, por muy pequeño que sea, puede hacer la diferencia.
Que tengan bonita semana y animense a recorrer nuestra ciudad, hay lugares muy interesantes que he visitado con GOZ y se que no se decepcionaran.
Y la verdad, desde mi punto de vista, los culpables somos nosotros, porque al tirar una basura por chiquita que esta sea estamos contaminando, solo imaginen cuantos piensan en eso - es solo una basurita, no pasa nada - pues somos muchos en esta ciudad y de uno en uno creanme que se hace un basurero.

Hay cada día más tráfico porque con tantas facilidades compramos carros como si fueran dulces, y llegan a haber cuatro o más por familia, deberíamos aprender a utilizar el transporte público y por ende pedir que se mejore el servicio, o compartir el carro con amigos para ir al trabajo o a la escuela, utilizar más la bicicleta o caminar para ir a la tienda o al super si no vamos a hacer un gran mandado, pero las señoras prefieren llevar su camioneta al mercado, a la tienda, al tianguis que se encuentra a dos cuadras de su casa, eso me parece un insulto. Por eso se genera más contaminación, no tenemos control sobre nuestros medios de transporte.
La delincuencia aumenta porque el gobierno prefiere tener al pueblo muerto de hambre e ignorante que educarlo y darle trabajo, por eso muchas personas deciden seguir otro camino para tener que comer, pero nosotros no hacemos nada mas que mirar.

Pero bueno en verdad me desvié mucho de mi tema, y a lo que quería llegar era que a pesar de tantos problemas que pueden presentarse en la ciudad, no deja de gustarme, me encantan las calles viejas y los edificios históricos, pensar que cada lugar tiene miles de historias que contar, y están ahí para nosotros como diciendo - Mirenos los vemos pasar día con día , somos testigos de su historia - .
Cuando era pequeña me encantaba imaginar como sería la ciudad en la época colonial o a principio del siglo pasado, lo pequeña que sería y los grandes cambios que a sufrido, todavía recuerdo como mi papá me contaba de las grandes extensiones que había sin construcciones cuando llegó a la ciudad hace poco más de 50 años o la enorme cantidad de maizales que se veían.
Sin irme más lejos la zona de Galerías Coapa y Pericoapa eran terrenos enormes y vacíos, lo recuerdo perfectamente.

Todo esto salio porque hace rato leyendo el periódico me encontré con un poema que creo describe muy bien una ciudad llena de gente y de culturas pero con un mismo origen, así que quise compartirlo con ustedes.
"La fuente de gente"
Hermann Bellinghausen
¿Qué verás? Vaya pues.
Rincones rancios en la parte más aplastada de la cuidad miserablemente grande,
o pulcros espacios cerrados y sustraídos por la opulencia;
también espacios avisados y despiertos
al efecto de las visiones constantes
de la tecnología subjetiva,
de las drogas mágicas y sintéticas,
de los sueños de la inteligencia.
En estas calles la ilusión viajó en tranvía.
Hace mucho que ya no.
Pero nadie lo hecha de menos.
Es una ciudad impaciente, olvidadiza,
nunca le rinde el día
para recostarse un poco en el pasado.
El lugar no está en las piedras
ni en las fotos
ni en las íntimas nostalgias reaccionarias.
El lugar está en la gente.
Lo que le hacen.
Lo que le hacen creer.
Lo que hace.
Avanza el concreto sobre los descarapelados muros,
avanzan los venenos,
pero a la gente de las calles
de alguna parte de sus cuerpos
le sale luz.
Los talones de la banda en el talón
echan chispas.
Flashean los ojos
en cualquier fulano de tal.
Bolitas de pan para tirarse
de un lado al otro de la mesa
después de la merienda.
Mensajes cifrados en una lengua común.
Intuiciones de sobrevivencia.
Fuentes de energía, de vitaminas
y minerales,
de gracia.
El animal de luces de la noche
es demasiado grande,
las manchas de su jaguar van lento
y sus mejores distancias son las cortas.
Aquí no es el tiempo el único
que avanza. Checas. Te checan.
Las moléculas del sistema solar
giran y giran y giran y,
ya ves, se tocan.
Hermann Bellinghausen
it is a privilege to see so much confusion
Marianne Moore
¿Tú que verás? ¿Quién verá? Marianne Moore
¿Qué verás? Vaya pues.
Rincones rancios en la parte más aplastada de la cuidad miserablemente grande,
o pulcros espacios cerrados y sustraídos por la opulencia;
también espacios avisados y despiertos
al efecto de las visiones constantes
de la tecnología subjetiva,
de las drogas mágicas y sintéticas,
de los sueños de la inteligencia.
En estas calles la ilusión viajó en tranvía.
Hace mucho que ya no.
Pero nadie lo hecha de menos.
Es una ciudad impaciente, olvidadiza,
nunca le rinde el día
para recostarse un poco en el pasado.
El lugar no está en las piedras
ni en las fotos
ni en las íntimas nostalgias reaccionarias.
El lugar está en la gente.
Lo que le hacen.
Lo que le hacen creer.
Lo que hace.
Avanza el concreto sobre los descarapelados muros,
avanzan los venenos,
pero a la gente de las calles
de alguna parte de sus cuerpos
le sale luz.
Los talones de la banda en el talón
echan chispas.
Flashean los ojos
en cualquier fulano de tal.
Bolitas de pan para tirarse
de un lado al otro de la mesa
después de la merienda.
Mensajes cifrados en una lengua común.
Intuiciones de sobrevivencia.
Fuentes de energía, de vitaminas
y minerales,
de gracia.
El animal de luces de la noche
es demasiado grande,
las manchas de su jaguar van lento
y sus mejores distancias son las cortas.
Aquí no es el tiempo el único
que avanza. Checas. Te checan.
Las moléculas del sistema solar
giran y giran y giran y,
ya ves, se tocan.
Espero les haya gustado, y ya saben para lograr un cambio debemos poner nuestro granito de arena, por muy pequeño que sea, puede hacer la diferencia.
Que tengan bonita semana y animense a recorrer nuestra ciudad, hay lugares muy interesantes que he visitado con GOZ y se que no se decepcionaran.
2 comentarios:
Cochinas ñoras con camionetotas. Debería haber un reglamento para no permitir tales monstruos (cuáles, las señoras o las caminetas) circular por las calles de esta ciudad. Son un gran peligro, lo digo por experiencia, tanto de peatón, como de conductor.
Tienes razón, de un tiempo a ahora se puso tan de moda tener camionetas, yo digo que deberían disfrutar de una caminata en lugar de estorbar con sus monstruos :P que aprendan a utilizarlas cuando realmente es necesario.
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